miércoles, 7 de noviembre de 2012

¡Hoola tributos!




 Aquí tenéis el tercer capitulo de esta bonita infancia de Finnick, espero que os guste! Es un poquito corto, no he tenido mucho tiempo :)






Capítulo 3; es diferente. 


Desde justo aquel día no he sabido nada mas de ella, desde casi ya dos años. Y es insoportable, querer conocer a la persona que quier... que salvaste, pues no es del todo agradable. Me entretengo mirando a unos niños que están jugando con la pelota y veo que uno de ellos se cae al suelo de culo y entonces esa escena me hace recordar cuando yo era pequeño, que lo único que hacías era jugar, ninguna otra preocupación  Y por que ahora estamos en verano, por que si no... eran las clases, esas estúpidas clases. 

Llego a casa para comer y hay unos buenísimos trozos de sepia con mayonesa, al acabar me subo a mi habitación y miro el mar. En una de las paredes hay un ventanal 
enorme en el que veo perfectamente toda la orilla de la playa. Me paso casi toda la tarde  en casa, olvidándome un poco de Annie, aunque sin conseguirlo. Todo el tiempo me viene su recuerdo a la mente, en como la rescate, que si no fuera por mi ahora estaria muerta. Consigo olvidarme de Annie un momento al recordar que Lucas, Mark, Ivan y Alyson iban todas las tardes a la playa y así es por que me asomo al ventanal y los veo justo el la orilla jugando con una pelota y decido ir para salir un poco. Me pongo un bañador, cojo una toalla y salgo, camino hacia la playa donde están mis amigos. 

-¡Hola chicos!- grito hacia ellos. Al verme todos vienen a mi encuentro.

-Hola Finnick- exclaman todos.-Anda vente con nosotros vamos a las piedras. 

Vamos todos juntos y a las dos horas ya hemos pescamos bastantes cangrejos con hilos de pescar que utilizan para las cañas. Nos damos un baño todos juntos, todo bajo el mar es precioso. Yo soy el unico que se atreve a adentrarse en el mar un poco mas que los demas, quiero explorar. Saber como es todo bajo el agua. 
Salimos todos cuando son casi las nueve y vemos que se nos ha echo un poco tarde. Nos despedimos y cada uno se va a su casa. 

-¡Hola mama!- le digo a mi madre dandole un beso en la mejilla. 

-Cambiate Finn, ahora mismo vamos a cenar.- me contesta ella. Subo, me cambio, ceno y me voy a dormir porque estoy agotado. 

 Estos dos siguientes días me los paso haciendo lo mismo, madrugo, voy a ver el amanecer, a la tienda y busco, busco, busco y busco aún más. Pero nada. Para entretenerme mi padre me ha enseñado un viejo truco aunque efectivo, cojo una cuerda de unos treinta centímetros y tengo que conseguir hacer nudos. Y si me entretiene muchísimo. Tanto que no me enterado de que faltan 4 días para mi cumpleaños, la verdad es que no me importa mucho porque lo único que me afecta de tener 13 años es que mi nombre entrara dos veces en la urna.
 Si salgo elegido tendré que entrenar así que no me vendría nada mal practicar con cuchillos o algo parecido, pero como tengo el tridente me voy a la playa a pescar y de paso entreno un poco nadando. La playa esta perfecta hoy pero una tormenta se acerca, aún lejos veo una cantidad de nubes negras. 

*Como mucho estarán aquí mañana a la misma hora que hoy, sobre las cinco* pienso. 

-¿Qué haces aquí Finnick?- oigo una voz detrás mía. Al girarme veo a una chica de mi colegio que se llama Katy, tiene unos trece años. 

-No te había visto Katy- exclamo alegremente con una dulce sonrisa. -Estoy pescando algo para cenar esta noche, y tu?- le pregunto. 

-Bueno pues lo mismo. -Dice ella. 

Veo que se sonroja un poco. Esta chica es una de las mas dulces que he visto, siempre te sonríe por cualquier motivo. Tiene un bonito pelo rubio ceniza, como el mío, pero con la piel blanca con pecas por toda la cara. Ella no es como las demás, somos muy buenos amigos, es la única chica que conozco por el momento que viene a pescar. Va con un vestido blanco que tienen todas las chicas,  aún que sólo se lo he visto puesto a ella. 

-Si no recuerdo mal dentro de nada es tu cumpleaños, ¿verdad?- me pregunta tras una sonrisa. 

-Si, dentro de cuatro días- sonrió al ver que ella se ha acordado. Me la devuelve, y seguimos pescando. 

Veo que no se le da mal, ya tiene cinco peces en tan solo diez minutos. Decido que me voy a dar un baño y así nado un poco, el agua esta perfecta pero a la vez congelada. Tardo un poco en meterme completamente, pero cuando mi cuerpo se ha acostumbrado ya no noto el frío. Aprendí a nadar perfectamente con tan solo cinco años así que con casi doce que tengo pues nado como un profesional, por así decirlo. Me meto hacia dentro y empiezo a ver peces de diferentes tamaños, colores y especies. De grandes como una pierna hasta tan pequeños como un botón, de unos colores vivos como el sol o apagados como el mismo color negro. Todo bajó el mar es precioso, cuando me quedo sin aire subo a la superficie y veo que Katy también se esta bañando pero ella solo se limita a bucear por la orilla.
 Ya serán cerca de las siete así que salgo del agua, me seco y me dirijo hacia mi casa. 

-Katy yo me voy, se está haciendo tarde.- me despido con un gesto de mano. 

 -Oh, ¿me podrías esperar? Tardo un minuto.

-Claro.- le digo con una sonrisa. 

Lo que tarda en salir y secarse son simplemente dos minutos y nos dirigimos hacia nuestras casas. Mientras tanto hablamos sobre los Juegos y que ella perdió a su hermana hace tres años. 

-No tenía ni idea, lo siento.- le digo dulcemente. Veo que le caen lágrimas por la cara y le doy un abrazo. 
La tranquilizo y seguimos caminando. 

-Ya que veo que vas a pescar si quieres cuando venga te lo digo y vamos los dos, ¿vale?- le pregunto. 

-Claro, cuando quieras.- contesta con una de las sonrisas más dulces. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario